Llevan el caso Safarov a la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
El caso de Makuchyan y Minasyan v. Azerbaiyán y Hungría, donde los familiares de Gurgen Margaryan, el soldado armenio asesinado por su par Ramil Safarov, buscan justicia, será llevado a la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), según se informó el 8 de septiembre.
El pasado 26 de mayo, el TEDH emitió una sentencia en la que afirmó que Azerbaiyán violó la Convención Europea de Derechos Humanos al liberar a Ramil Safarov. “El TEDH confirma la política estatal de odio de Azerbaiyán contra los armenios”, declaró el European Armenian Federation for Justice and Democracy (EAFJD) en aquella oportunidad. De todas maneras, el veredicto no dejó conforme a los familiares.
"Aunque el fallo de mayo del TEDH demostró que el gobierno de Azerbaiyán había adoptado una postura positiva hacia el asesinato y confirmó que la armenofobia y el odio hacia los armenios en Azerbaiyán son apoyados y alentados por el Estado, Ramil Safarov todavía se encuentra en libertad en Azerbaijan, donde continúa actuando como oficial del ejército ascendido y héroe nacional. Exigimos justicia completa por Gurgen. Azerbaiyán debería revocar inmediatamente el perdón de Safarov y encarcelarlo", se pronunció el EAFJD el 8 de septiembre.
“El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sostuvo: por seis votos contra uno, que Azerbaiyán no ha cometido una violación sustancial del artículo 2 (derecho a vida) del Convenio Europeo de Derechos Humanos; por unanimidad, que hubo una violación procesal por parte de Azerbaiyán del artículo 2 del Convención; por seis votos contra uno, que no ha habido violación procesal por parte de Hungría del artículo 2; por seis votos contra uno, que Azerbaiyán había violado el artículo 14 (prohibición de discriminación) tomada en conjunto con el Artículo 2, y por unanimidad, que ni los gobiernos azerbaiyano ni húngaro habían incumplido Artículo 38 (obligación de proporcionar las instalaciones necesarias para el examen del caso)”.
Si bien el TEDH determinó que, “aunque Azerbaiyán había respaldado claramente” el asesinato de Safarov, “no solo al liberarlo pero también promoviéndolo, pagándole atrasos salariales y otorgándole una casa a su regreso”, podría “no ser considerado responsable bajo los estrictos estándares del derecho internacional que requieren que un Estado ‘reconozca’ tales actos ‘como si fueran propios'”. Además, “esos actos habían sido parte de una decisión privada y habían sido tan flagrantemente abusivos y alejados de las acciones de un oficial militar”, por eso el TEDH entendió que “sus oficiales al mando no podrían haberlos previsto” ni “Azerbaiyán pudo ser responsable de ellos solo porque era un agente del Estado”.
Sin embargo, el Tribunal entendió que “no había habido justificación para que las autoridades azerbaiyanas no hicieran cumplir el castigo de Ramil Safarov y en efecto otorgarle impunidad por un delito grave de odio”. En ese sentido, se encontraron “pruebas suficientes para demostrar que el indulto de Ramil Safarov y otras medidas a su favor habían sido motivadas étnicamente, a saber, declaraciones de funcionarios de alto rango expresando su apoyo a su conducta, y en particular al hecho de que había sido dirigida contra soldados armenios, y una página especialmente dedicada a Ramil Safarov en el sitio web del presidente de Azerbaiyán”.
La corte liberó de culpas a Hungría y “no encontró evidencia tangible” de que las autoridades húngaras hubieran sabido que Safarov sería liberado al ser extraditado a Azerbaiyán.
Por último, el TEDH sostuvo, por unanimidad, que Azerbaiyán debía pagar a los familiares 15.143,33 libras esterlinas con respecto a costos y gastos.
Los detalles del caso
El caso constituye un ejemplo directo de la política estatal de racismo y xenofobia que lleva adelante el Gobierno de Azerbaiyán contra la población armenia.
El 11 de enero de 2004, el soldado Gurgen Margaryan viajó a Budapest, Hungría, para participar en un curso de inglés de tres meses que formaba parte del programa de la Asociación para la Paz de la OTAN. El teniente azerbaiyano Ramil Safarov, quien también participaba del evento, lo asesinó el 19 de febrero: mientras Margaryan dormía, Safarov entró a su habitación y lo decapitó con un hacha, luego de apuñalarlo y golpearlo. El compañero de habitación húngaro de Margaryan, Balázs Kuti, aseguró que Safarov se encontraba feliz al momento del asesinato. Tras el crimen, Safarov intentó asesinar a otro soldado armenio, Hayk Makuchyan, pero su puerta se encontraba cerrada.
Tras ser arrestado, los abogados de Safarov intentaron convencer al juez de que tenía un trastorno de estrés postraumático por la guerra de Nagorno Karabaj. Sin embargo, Safarov no participó de la misma, y las pericias psicológicas demostraron que tenía una mente estable al momento del asesinato. En todas sus declaraciones, Safarov dijo que asesinó a Margaryan solo porque era armenio. El 16 de abril de 2006, el tribunal condenó a Safarov a cadena perpetua sin posibilidad de apelación hasta 2036. El juzgado entendió que hubo premeditación y brutalidad en un crimen del que Safarov nunca mostró remordimiento. El 22 de febrero de 2007, un tribunal húngaro confirmó el fallo luego de una apelación presentada por el abogado de Safarov.
Sin embargo, a fines de agosto de 2012, las autoridades húngaras acordaron liberar y extraditar a Safarov a Azerbaiyán para supuestamente cumplir el resto de su condena allá. Aunque el gobierno húngaro declaró que había recibido garantías del gobierno de Azerbaiyán de que la sentencia se aplicaría, el presidente Ilham Aliyev emitió un perdón inmediatamente después de recibirlo como un héroe en Bakú, fue promovido al rango de mayor y provisto de alojamiento por el gobierno de Azerbaiyán.
Las repercusiones y consecuencias de la discriminación estatal
La política de estado de racismo y xenofobia contra los armenios llevada adelante por el gobierno de Aliyev no era nueva. El 28 de febrero de 2012, el presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev declaró: “Nuestros principales enemigos son los armenios del mundo y los políticos hipócritas y corruptos bajo su control”. El 29 de enero de 2015, Ilham Aliyev publicó un tweet diciendo que “Armenia no es ni una colonia, ni siquiera es digna de ser una sirvienta”. La defensora oficial de los derechos humanos de Azerbaiyán (Ombudsman), Elmira Süleymanova, declaró posteriormente que “Safarov debe convertirse en un ejemplo de patriotismo para la juventud azerbaiyana”.
La FRA – Tashnagtsutiún de Sudamérica se movilizó en 2012 hacia la Embajada de Hungría en Argentina para pedir explicaciones por el caso, como así también a la Embajada de Azerbaiyán en reiteradas oportunidades.
En 2017, la mega investigación periodística del “Laundromat de Azerbaiyán” (“lavandería”) del Proyecto de Denuncia contra la Delincuencia Organizada y la Corrupción (OCCRP), descubrió que el gobierno de Ilham Aliyev lavó dinero para sobornar a políticos europeos, empresarios y periodistas con el objetivo de lavar la imagen del país y ocultar las violaciones a los derechos humanos de su régimen. Una de las investigaciones posteriores presentó pruebas de que los funcionarios de Hungría habían recibido 7 millones de dólares a cambio de facilitar la extradición de Safarov.
En 2014, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) criticó la utilización de la Convención sobre el traslado de personas condenadas por parte de Azerbaiyán para liberar a Ramil Safarov.